La Comisión Europea pide un moratorium sobre los esfuerzos de geoingeniería solar
Los asesores científicos de la Comisión Europea están abogando por un moratorium en toda la UE sobre el uso de tecnologías de geoingeniería solar. Estos métodos, que pretenden enfriar artificialmente la Tierra reflejando la luz solar de vuelta al espacio, incluyen la inyección de partículas reflectantes en la atmósfera y el blanqueamiento de las nubes. Mientras que los defensores argumentan que estas tecnologías podrían ayudar a combatir el cambio climático, han enfrentado una reacción significativa debido a preocupaciones sobre sus posibles consecuencias negativas.
Examinando la ciencia detrás de la geoingeniería solar
La Comisión Europea solicitó recientemente información de su Grupo de Asesores Científicos Jefes (GCSA) y del Grupo Europeo de Ética en Ciencia y Nuevas Tecnologías (EGE) con respecto a la geoingeniería solar. Sus hallazgos, publicados hoy en un informe exhaustivo, destacan la comprensión limitada de cómo podrían funcionar estas tecnologías y su potencial para abordar de manera efectiva el cambio climático.
La opinión del GCSA indica que hay evidencia científica insuficiente para respaldar la eficacia de la geoingeniería solar en la prevención del cambio climático. Recomiendan un moratorium sobre experimentos y despliegues a gran escala, citando muy altos niveles de incertidumbre científica y técnica relacionados con estas tecnologías.
Los riesgos de la geoingeniería solar
Según el GCSA, la geoingeniería solar solo aborda los sintomas del cambio climático, en lugar de sus causas raíz. El aumento continuo de las emisiones de gases de efecto invernadero, particularmente el dióxido de carbono de los combustibles fósiles, sigue calentando el planeta. Implementar la geoingeniería solar no reduce esta contaminación ni mitiga los graves problemas asociados, como el aumento de la acidez oceánica y el potencial de alterar los patrones de lluvia.
Un método discutido con frecuencia implica imitar los efectos de enfriamiento de las erupciones volcánicas liberando dióxido de azufre en la estratósfera para crear una neblina reflectante. Sin embargo, el GCSA advierte que el uso de dióxido de azufre presenta varios riesgos ambientales, incluyendo contribuir a la lluvia ácida y potencialmente agravar problemas como el agujero de ozono antártico.
Implicaciones globales y propuestas regulatorias
Una startup controvertida ganó atención por su experimento de 2022 que involucraba la liberación de dióxido de azufre desde globos meteorológicos en México. La reacción fue rápida, llevando a México a prohibir experimentos de geoingeniería solar. A pesar de esto, la empresa estadounidense persistió en sus esfuerzos, ofreciendo créditos de enfriamiento a $10 por gramo de dióxido de azufre, intentando atraer compradores interesados en compensar su huella de carbono.
La opinión del GCSA enfatiza la necesidad de que la Comisión Europea se oponga completamente al uso de créditos de enfriamiento derivados de la geoingeniería solar. Con la creciente preocupación sobre experimentos independientes, los legisladores de la UE están bajo presión para establecer regulaciones internacionales más fuertes. Aunque las restricciones sobre la geoingeniería a gran escala fueron adoptadas por la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica en 2010, estas regulaciones eximen ensayos más pequeños, destacando una brecha regulatoria.
El futuro de la investigación en geoingeniería solar
A la luz de estos hallazgos, los asesores científicos de la Comisión Europea no solo piden un moratorium a nivel de la UE, sino que también sugieren sentar las bases para un nuevo tratado internacional sobre geoingeniería solar. El GCSA propone que los esfuerzos de investigación deben centrarse principalmente en estudios legítimos y éticos confinados a entornos de laboratorio y modelos computacionales.
Específicamente, recomiendan evaluar nuevas investigaciones cada cinco a diez años. A pesar del reciente rechazo, ha habido intentos de financiar investigación legítima en geoingeniería solar, aunque con cautela. Por ejemplo, Harvard canceló planes para un vuelo de prueba al aire libre en Suecia después de enfrentarse a la oposición de líderes indígenas saami que se sentían excluidos del proceso de toma de decisiones.
Conclusión
Aunque las tecnologías de geoingeniería solar muestran potencial, siguen siendo no probadas e inmaduras. La Comisionada Ekaterina Zaharieva enfatizó la necesidad de una investigación exhaustiva y ética que tenga en cuenta los efectos directos e indirectos de estas tecnologías. El camino a seguir requiere una evaluación cuidadosa, una regulación robusta y un diálogo internacional continuo para enfrentar efectivamente la crisis climática.
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